viernes, 23 de diciembre de 2011

El señor de los anillos.

Dice Kirmen Uribe en Bilbao-New York- Bilbao que Lo que para los peces es el invierno, para las personas es la pérdida. Cada pérdida es un anillo oscuro en nuestro interior; y no puedo menos que doblar la esquina superior de la página y pararme a saborear la sentencia, al tiempo que comienzo a pensar cuántos anillos llevo en mi interior; cuántos anillos negros ha dejado la pérdida en mí como el invierno y el hambre dejan en las escamas de los peces y gracias a los cuales somos capaces de conocer su edad. No necesito mucho recapacitar para decir casi sin titubear que si me partiesen en dos, en mi interior habría perfectamente marcados tres anillos negros, rodeados tal vez de una serie de anillos blancos y grises. No les voy a decir a qué pérdidas corresponden mis anillos, poco importa, a pesar de que en ese mismo libro hay una cita de Elías Caneti que me anime a compartirlas. Di tus cosas más íntimas, dilas, es lo único que importa. No te avergüences, las públicas están en el periódico.  Hagan la prueba, miren con sinceridad dentro de cada uno de ustedes y pónganse edad. La verdadera, no la biológica. Dejen el carbono catorce, los años bisiestos y las correcciones horarias de lado y pónganse edad, con el corazón en la mano. Ahora miren a su alrededor y contemplen a sus semejantes. Díganme si no entienden la vida y a ustedes mismos mejor que hace tres minutos. Dadle las gracias a Kirmen y si aún no habéis escrito la carta a los reyes magos, pedidles un libro, tienen la capacidad de ayudarnos a encontrar y aceptar nuestros anillos negros al tiempo que los hacen más llevaderos.
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