jueves, 30 de diciembre de 2010

Cualquier tiempo pasado fue anterior

    Cansado como estoy de ver especiales sobre las noticias o las imágenes más importantes no ya del año si no de la década que abandonamos, saturado de especiales edulcorados y explotadores de la mirada suplicante de los que nada tienen, en todo medio de comunuicación posible, voy un paso más allá y me pregunto qué recordaremos de 2010 cuando llegue por ejemplo 2020. Si con el paso del tiempo nos seguirá pareciendo el annus horribilis que ahora se nos antoja. Mucho sospecho que no, que con el tic-tac del reloj se irán difuminando los matices y el polvo del tiempo irá depositandose sobre nuestras memorias para con 10 años más en la cartera, más recelos y una vez asumido lo irrealizable de nuestras actuales utopias, acabar recurriendo a aquello de cualquier tiempo pasado fue mejor e incluso quién sabe si no llegaremos a escuchar aquello otro que hace tan sólo unos días tuve oportunidad de escuchar en boca de una abuelilla de impecable permanente en un vagón de metro, pero cambiandole el sujeto de la acción,  para acabar por cuadrar el circulo al decir con Zapatero estas cosas no pasaban. Es lo que tiene el paso del tiempo, que uno acaba por idealizar el pasado hasta límites insospechados.
    Sin lugar a dudas recordaremos el gol de Iniesta como durante años hicimos con el de Zarra, nos parecerá igual de anacrónico al verlo en unas insípidas 2D, como insipido y lejanísimo se nos antojaba el remate en blanco y negro del erandiotarra. Dudo que recordemos algo más sin necesidad de forzar la memoria o tirar de emeroteca. No recordaremos el cierre de CNN+, Wikileaks nos sonará poco menos que a chino, de no ser porque igual para ese entonces ya seremos capaces de decir Nǐ hǎo con la misma soltura que hoy decimos hello. La actual reforma del plan de pensiones será algo que para entonces habremos asimilado y aceptado en el escaso tiempo que lleva pronunciar con resignación la frase ¿Y qué puedo hacer yo? Los mineros de chile, los famosos 33, aquellos que se rifaron las cadenas de televisión allá por el mes de octubre de este mismo año al regresar sanos y salvos a la superficie después de pasar 70 días sepultados en la mina San José, tendrán suerte si para entonces no han tenido que volver a las profundidades en busca de sustento. Irak y Afganistan seguirán existiendo, o en su defecto otros lugares del globo tomarán su relevo para dejarnos claro que poca cosa avanzamos a lo largo de esos futuribles diez años. O mucho me equivoco o África seguirá siendo África, ese continente que parece encontrarse debajo de la alfombra de este primer mundo nuestro y bajo la cual escondemos nuestras inmundicias y nuestras miserias. Creo que ya lo he dicho antes por aquí, pero Africa es mi utopia a largo, larguisimo plazo . El día en que Africa se levante y cualquiera de sus paises sea primera potencia mundial, entonces, sólo entonces, pasados diez o veinte años más, podremos decir sin miedo a equivocarnos y sin temor a sonrojarnos aquello de que cualquier tiempo pasado fue anterior pero no mejor. Hasta entonces rogaría no vengais tocándome los cojones cada año y vendiendome vuestro maldito espíritu navideño.
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miércoles, 22 de diciembre de 2010

No sé si es porque se acerca la navidad...

    No me pregunten porqué, pero la navidad suele ser una época propicia para hacer limpieza en el fondo de los cajones, tanto en los materiales como en los inmateriales, y estando en ello, he dado con ésto, escrito hace un año por estas fechas y que aún no recuerdo ni entiendo muy bien porqué no lo compartí en su dia. Imagino que no me parecería suficientemente bueno como para secarlo al aire, pero a dia de hoy, un dia igual de húmedo y gris que aquel de hace ya casi un año en que lo escribí, la maldita inspiración cotiza al alza y las no menos malditas musas, esas brokers sin alma de la imaginación, parece ser que me han rebajado su particular rating y se niegan a concederme más crédito. Va a tener razón Garcia Márquez, cuando dice en el libro Yo no vengo a decir un discurso, que el acto de escribir es tal vez el único que se hace más dificil a medida que más se practica.

    No sé si es porque se acerca la navidad, o tal vez –intento engañarme- se deba a que es viernes por la tarde, una tarde gris y apagada, que se escurre por un calendario en el que las aspas que tachan los días ya vencen a los intactos días que están por venir.
    El caso es que algo me empuja a escribir, un nudo me asfixia las palabras que gota a gota salen de mis dedos, y no es tristeza, igual –no lo sé- es melancolía.
    Ayer terminé de leer Mañana no será lo que Dios quiera, igual aún mi piel está impregnada de su esencia, igual la lluvia y el viento del Naranco han llegado a Madrid entre sus páginas. Igual no, quién lo sabe.
    El caso es que leyendo libros así es imposible que a uno no le entren ganas de ser un Ángel González o un Luis García Montero para hacer un monumento a la palabra bien escrita, y escribir y leer y volver a escribir para poder volver a leer.
    Hay guerras que no deberían ser vividas y hay penas que no deberían ser sufridas, pero si el fruto de esas penas y de esas guerras son un buen libro y unos poemas como los de Ángel González, igual el sufrimiento sirvió de algo, que no la guerra.
    Ahora sé que nunca escribiré como Ángel Gonzalez y en el fondo me alegro por ello, porque yo afortunadamente no tuve que vivir lo que a él le tocó vivir siendo aún niño, no sufriré el hambre y el frío de una guerra, no perderé un hermano en ella, no caerá sobre mi familia el rencor y las malas artes del vencedor sobre el vencido. Ahora sé que para escribir sobre los estragos de una guerra no hay como haberla sufrido.
    Lo curioso del caso es que todos los días, cuando salgo del trabajo, en el autobús que me acerca a casa, paso por la plaza de San Juan de la cruz, en la cual se encuentra un bar/cafetería con un nombre peculiar, Kon-Tiki, creo que desde el primer día llamó mi atención, no sólo por el nombre; me pareció un lugar acogedor y tal vez distinguido, lo que yo por aquel entonces no sabía es que esa cafetería era una dependencia más de la casa de Ángel González, que en ella pasaba las horas, y ahora lo que me aprieta por dentro es el saber que igual uno de esos muchos días en los que yo pasé por su puerta, él estaba ahí, tomándose su whisky on the rocks, sentado en la barra, acompañado de su padre y su abuelo materno, muertos de muerte imposible como ahora lo es él. Me he prometido que una de estas noches, al salir del trabajo, me voy a apear del autobús en la parada de San Juan de la cruz, voy a entrar al Kon-Tiki y me voy a tomar un whisky en honor a don Ángel González, igual, quién sabe, como buen muerto de muerte imposible, me pide un trago.



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jueves, 16 de diciembre de 2010

Extra, extra...

    Sé que sois vagos, -no más que yo, claro está, que me voy a ventilar una entrada en el blog a costa de un par de periódicos y de vuestra supuesta vaguería- no os avergüence reconocerlo, así que por una vez y sin que sirva de precedente -musas mediante- me he leído un par de periódicos por vosotros para que estéis al día y podáis meter baza en la tertulia de turno. Tampoco os lo voy a dar todo hecho, que conste, os pongo los enlaces (eso quería yo cuando pensé escribir ésto, pero el amigo Pedro J. Ramírez se las sabe todas el muy,  y, o tienes cuenta en Orbyt o date por jodid@............... (Esto está escrito una hora más tarde. Pero no!!! Me ha subestimado el de los tirantes y he recordado que hay una web http://www.youkioske.com/prensa-espanola/el-mundo-15-diciembre-2010/ desde la que se puede ver cualquier tipo de prensa. jijijji. Orbyt a mi!!) a aquello que me haya parecido interesante, os lo comento por encima y el resto es cosa vuestra.
Prometo no hablar ni escribir de Wikileaks (huy, me parece que ya lo he hecho)
¿Información sesgada? ¡Pues claro! ¿Es que hay otra?

Vamos allá con El Mundo, en su edición de hoy. Lo primero que me ha llamado la atención es la cita que han utilizado (cada día es una diferente) en el encabezado de la portada, dice así: “El exceso es el veneno de la razón (Francisco de Quevedo)” ¿Irá con segundas? ¿Casualidad? Piensa mal y acertarás.
Beckenbauer contra Blatter. "La elección de Rusia y Quatar fue un escarnio" (pág.41) Parece ser que a la hora de elegir sedes para un mundial o unas olimpiadas pesan más los petrodólares que el respeto a los derechos humanos. Además blatter se descuelga con la frasecita “se habla del asunto de los homosexuales y si tienen que preocuparse por acudir a un país como Qatar. No tienen nada de que preocuparse. Eso sí, deberían abstenerse de cualquier actividad sexual”. Muy recomendable el artículo de Orfeo Suarez: "Menos bromas, más derechos"
El PSOE se lanza a buscar el voto de un millón de nuevos inmigrantes.(pag.12) Ésta sí que es buena, porque mira tú por donde, me he tenido que ir a enterar en El Mundo de la campaña que va a lanzar o ya ha lanzado el PSOE para cazar el voto inmigrante en las próximas elecciones municipales del 22 de mayo. “Inscríbete para votar” se llama. Mira que si resulta que es verdad que es un periódico plural y yo llevo toda la vida pensando lo contrario...
Cuenca, cantiga de piedra. (Esta en el M2*, en la página 4) Esto es de lo mejor que he encontrado en el día de hoy, sin lugar a dudas. El ave llega a Valencia, pero después de leer a Raúl del Pozo, si cojo el ave Madrid-Valencia, será para bajarme en Cuenca, no me cabe la menor duda, y si vosotros lo leéis, seguro que también.
Dicen que una foto vale más que mil palabras. Ahí queda ésta. Yo diría que hay veces que una foto duele más que mil malas palabras. Sabina, galardonado en los premios de la cultura de la CAM marcándose un "agarrao" con La Espe. Sin comentarios. ¿Era necesario?




 ¿Qué fue de Jorge Sanz? (Pág.8 del especial g/u/campus) Esta es la enésima recomendación y buena crítica que leo sobre la serie. ¿Estará en seriesyonkis?
Coincidencias sobre la telebasura de Vasile. (pág.53) Me duele la boca de decir que no aguanto la cadena de A.R,  B.E (Belén Esteban, por si quedaban dudas), M.H.Y.V (mujeres hombres y viceversa, más conocido como putas, chuloputas y viceversa) Sálvame (en sus múltiples variedades) y esa cosa en la que sale Paz Padilla reconvertida en periodista del corazón. Argggggggg. Muy recomendable el articulo "Mas mugre, es la guerra" de Carlos Boyero.
Malaspina: La mayor odisea oceanográfica. (pág.32) Si digo que en España se invierte poquíiiiiiiiiisimo en investigación no estoy descubriendo nada nuevo, pero para lo poco que se hace digno de mención !Coño! Que por lo menos le den publicidad al asunto. Pues nada, ni por esas. El proyecto Malaspina 2010 es de lo poco que nos salva y nos hace parecer país desarrollado, igual hasta os animáis a leer sobre el tema.

Vamos a por Público. Éstos me lo han puesto más fácil, las cosas como son, se pueden leer casi todos los artículos desde la web.

Consideraciones sobre China o cómo esa potencia a la que ahora todos admiramos está basada en lo peor del comunismo (autoritarismo y falta de libertades) y lo peor del capitalismo (explotación de la mano de obra).
EL parlamento europeo tumba la directiva de la "esclavitud" Parece mentira que se debatan y se voten cosas como ésta a estas alturas de la película, pero parece ser que sí, que a semejantes cosas se dedican nuestros eurodiputados. Su aprobación por lo que cuentan conllevaría que las empresas europeas podrían contratar a trabajadores con los derechos sociales de su país de origen. ¿Maaaande? ¿Para qué deslocalizar las empresas pudiendo traer a la mano de obra del tercer mundo a éste? Habrá pensado algún hijo de puta. (Sí, has leído bien, pone hijo de puta, con todas las letras)
Corta vida al producto: "Comprar, tirar, comprar"  Esto, de verdad, de la buena, hay que leérselo. No os voy a contar nada. Pasa de éste post, pero léete este articulo. Te va a gustar, estoy seguro.
Uno de los nuestros, uno de los grandes No he escuchado a Enrique Morente en mi puta vida, no me voy a apuntar el tanto, pero eso no quita para que uno sepa quién es y quien no, un grande, en este país en el que para serlo antes tienes que haber cruzado el Aqueronte.  Y si lo dice -y cómo lo dice- Luis García Montero no hay más que hablar.
Esto no debería ser noticia, pero para mí lo es. El País y El Mundo entre otros aún a día de hoy los aceptan, al tiempo que en sus titulares se critica y condena la trata de blancas.



Pues eso es todo. Y sin decir ni mu de http://www.wikileaks.org/ (la cual ya ha recuperado su dominio como podéis ver)
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sábado, 11 de diciembre de 2010

Bienvenido

Has venido a alegrarnos la noche, la mañana, la vida entera. Has venido a demostrarnos que no todo está perdido y a decirnos con tus recien estrenados y aún entrecerrados ojos, que llegará el día en que sobre tus espaldas cargarás con el saco de promesas que nosotros dejamos sin cumplir. Has venido a sonreirnos en medio de esta seriedad de liquen que se pega a nuestros cuerpos de piedra. Has venido a ofrecernos un norte al que aferrar la errática flecha de nuestras brújulas, para enseñarnos a detener la mirada sobre los hitos realmente importantes del camino. Has venido para señalarnos con tu pequeño dedo hormigas en el suelo y diminutos aviones perdidos en el cielo. Has venido a clavarnos los pies en la tierra y la sonrisa en el fondo del pecho.
Has venido, y eso ya es en si motivo de esperanza y alegría. Bienvenido.
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jueves, 2 de diciembre de 2010

[El] cuento de [la] navidad.

    Ya es diciembre, que en mi subconsciente viene a ser lo mismo que decir navidad, y ésta a su vez viene a ser lo mismo que decir cuento, en la quinta acepción que nos da la RAE, claro está.
    Llevo toda la semana dándole vueltas a la idea de escribir un cuento navideño. Sí, así como lo oyen, ya ven qué cosas se me pueden llegar a ocurrir, original y transgresor que es uno. Ustedes dirán, con toda la razón del mundo, que para cuentos está el ídem en general y España en particular. Pero el caso es que, o no tengo suficiente imaginación o no dispongo del talento necesario, o lo que aún es peor, ambas cosas a la vez; porque en mis cuentos siempre acaba muriendo el protagonista, ya ven, con lo fácil que sería escribir el socorrido y fueron felices y comieron perdices, pero ni por esas, siempre se me moría, el muy desconsiderado, y los cuentos de navidad, como todo el mundo sabe, por real decreto han de tener final feliz.
    El caso es que no me sale nada digno, y lo poco que me sale, son topicazos de los que hacen subir los niveles de azúcar en sangre hasta niveles próximos a la hiperglucemia.
    Así que me he dicho, que coño, el que quiera cuento de navidad que se escriba uno. Yo si quieren, les echo una mano. Cójanse un periódico, el que quieran, búsquense la foto de cualquier miserable, uno de aquellos que tan bien describiese Víctor Hugo y que han llegado hasta nuestros días sin perder un ápice en sus atributos, y no me refiero, claro está, a los que en estos días cantan y bailan en cierto teatro de la madrileña Gran Vía. No. Búsquense por ejemplo un buen haitiano, si es niño mejor, con su cólera y sus ojos asustados suplicando que algo o alguien le despierten de la pesadilla; pónganle un nombre, los putos periodistas normalmente no se molestan ni en averiguar el nombre del pobre desgraciado al que fotografían y sobre el que escriben. Yo en su lugar le llamaría Usain, en honor al gran Bolt, aquel atleta de la vecina isla de Jamaica que maravilló al mundo en el campeonato del mundo de atletismo de Berlín al correr los 100 metros en tan solo 9,58 segundos.
    No es necesario que le añadan más miserias a su expediente que las que ya de por si muestra la foto, tampoco es cuestión de ensañarse, bastante tiene Usain con lo que tiene.
    Seis años, desnutrido, camisa a rayas azules y verdes que le viene grotescamente grande, sin hogar, huérfano de padre y madre gracias a aquel terremoto que puso a la parte más occidental de la isla La Española en boca de todo el mundo. Solidaridad con Haití, Juntos por Haití, Un libro por Haití... Miles de eslóganes vacíos de contenido a la vista de los resultados. Ahora parece ser que en nuestro pobre protagonista ha hecho presa la bacteria Vibrio cholerae, supongo que es lo que tiene beber agua sin potabilizar durante casi un año, vivir desde aquel 12 de enero de 2010 en condiciones insalubres, hacinado junto a un millón largo de compatriotas en tiendas de campaña a las afueras de Puerto Príncipe, rodeado de suciedad y excrementos.
    En todos los cuentos navideños tiene que haber un personaje malvado, un tipo huraño que amontona y cuenta monedas de oro, mal encarado, al que el dolor y el sufrimiento de todos los Usaín del mundo se la trae floja. Aquí lo tienen fácil, porque malvados van a encontrar en esta historia por miles. Empresas farmacéuticas; gobiernos y gobernantes con nombres y apellidos, ávidos de la foto con el Usain de turno en brazos, pero ligeros de memoria; estafadores que desvían fondos de ayuda a asépticas cuentas bancarias en bonitos paraísos fiscales, donde la palabra cólera no existe ni existirá jamás; multinacionales, ejércitos, Yo, tú o cualquiera de los millones de personas que nos olvidamos de Haití cuando la tierra dejó de temblar y las televisiones decidieron que aquella desgracia no daba para más en lo que a niveles de audiencia respecta. Ponga el que más le convenga, le presto mi nombre si así lo quiere.
    Pero lo que Usain entiende, lo veo en su mirada, es que a pesar de los pesares, por un segundo le  rozó la suerte el día en que aquel reportero le fotografió sin tan siquiera pedirle permiso para después publicar su foto sin pixelar en una página par de un periódico de gran tirada; porque ahora, con apenas 6 años recién cumplidos, sabe que el hecho de que sobreviva o muera, depende únicamente de lo que usted o yo, como autores de este macabro cuento navideño que nos traemos entre manos, decidamos.
    Aquí lo dejo. Hasta aquí puedo guiarle, ya le he dicho que en mis cuentos navideños siempre acababa muriendo el protagonista y al pequeño Usain, vaya usted a saber porqué, le he cogido cariño y no me gusta la idea de que de mis dedos salga su agonía.
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miércoles, 24 de noviembre de 2010

Mis dos coreas


   [ -¡Qué movida con lo de las dos Coreas! ¿Qué no?
    -Pues sí, la verdad que sí. Todos con los ojos puestos en oriente medio y ahora va a resultar que el problema gordo, el de verdad, va a estar más allá.
    -¿Pero a cuento de qué?
    -Pues no lo sé, imagino que es lo que tiene diseñar las fronteras de los países con escuadra y cartabón. Ya sabes, lo del paralelo 38, la guerra fría y demás. Aunque no me hagas mucho caso porque yo de Corea del Norte (y de su prima del sur) sé más bien nada. Lo que todo el mundo, vamos. Que es la dictadura comunista más hermética del mundo. ¡Con decirte que no sale ni en Google maps! Y acuérdate de la imagen de satélite que colgó el otro día @ahoranomeacuerdo en twitter.
    -¿La nocturna?
    -Ésa, ésa.
    -¡Qué fuerte! ¡Qué fuerte! Si no lo veo no lo creo.
    -Pues creételo. Es lo que tiene replegarse sobre uno mismo e intentar mostrarse autosuficiente y no dependiente del exterior en nada, ideología Juche, parece ser que lo llaman, aunque de eso en España hace unos años tambien sabíamos lo nuestro. Se me olvidaba decirlo, dictadura hereditaria, que los Kim (kim Il Sung, Kim Jong-Il y el futuro heredero Kim Jong-Un) serán feos de cojones, pero de tontos ni un pelo, los muy. ¡Ah! Y lo más importante y por lo que acojonan tanto, -hasta el punto que los EEUU no han dicho ni esta boca es mía acerca de lo de los proyectiles de artilleria que cayeron sobre Yeonpyeong - tienen arsenal nuclear como para borrarnos del mapa, en plan 24 pero de verdad y sin un Jack Bauer que les pare los pies. Ya me entiendes...
    -¿Oye?, ¡Tu has estado leyendo a escondidas del tema!
    - ¡Que no coño! ¡Que no! ¿Cómo iba a leer sin que tu te dieses cuenta? Todo lo que conozco de Corea del Norte se debe al comic ese que me prestó el Xoxe. Pyongyang se llamaba, y si no recuerdo mal es de un tal Guy Delisle, así que con eso te digo todo. Pero vamos, no te creas que era un comic tipo Asterix y Obelix, ya sabes cómo es el Xoxe, ese tio juega en la liga profesional de los comics. Ahora que lo pienso, igual es mejor y más fiable la información de primera mano que da Delisle en Pyongyang, que la de la Espasa o, para ser más actuales, la que pueda venir en la Wikipedia, que lo de la Espasa seguro que hay quien no lo pilla.
    -Ah sí, ya lo recuerdo. ¿Un gran tipo el Xoxe eh? ¿Qué habrá sido de él?
    -¡¿No te acuerdas que se largó porque le hicieron jefe de no sé qué? !
    -Sí, sí, es verdad. Si es que aquí sólo se quedan los pringaos...
    -¿Pero tu estás tonto o qué? ¿A cuento de qué viene ahora eso? Pues que sepas que tu estás también aquí.
    -Ya, pero es distinto.
    -¿Distinto en qué?
    -Pues distinto, porque yo físicamente no estoy. ¿Pillas?
    -Mira, te dejo porque no tengo ganas de ponerme a discutir ahora contigo.
    - Lo que tu quieras, si así eres feliz... Oye, y cambiando de tema. ¿Y lo de Irlanda y Portugal? ¿Qué te parece?
    -Joder, pues que me va a parecer, una putada, o mejor dicho un putadón. Más de lo mismo. Y prepárate, que ya sabes quienes son los próximos.
    -¿Quiénes?
    -¡Venga ya! No te hagas el subnormal. Pues España, ya sabes, todo el rollo ese de que el ZP y los inmigrantes nos están llevando a la miseria y demás.
    -¿El ZP? ¿Los inmigrantes? ¡No te vayas por las ramas! Que tu lo que quieres es desviarte y largar de lo de la Alicia-Sánchez-Camacho Croft y su videojuego para las elecciones catalanas. ¡Que te conozco! Yo te he preguntado por lo de Irlanda y Portugal.
    - ¿Irlanda y Portugal? El otro día leí un tweet de lo más ingenioso. ¿Quieres que te lo repita?
    -Me lo vas a soltar diga lo que diga, así que adelante.
    -¡Irlanda tiene una pinta negra estupenda!
    -¿Hay que reírse o que? ¿Te parece que la situación está como para hacer chistes?
    -¡Joder, que rancio te estás volviendo! Pues a mi me hizo gracia. Es más, terminé descojonandome en mitad de un vagón de metro a rebosar de gente y detenido entre dos estaciones. Otra cosa te digo, lo del Metro de Madrid no tiene nombre. Menos mal que ya no ponen el anuncio ese de Metro de Madrid vuela, porque si no era para metérselo a la Espe por aquella parte de su presidencial anatomía.
    -¡¿Ves cómo te vas por las ramas?!
    - Pero si es que es superior a mí, no lo puedo evitar. ¿En qué estábamos? Irlanda y Portugal decías, ¿no? ¿Qué quieres que te diga? Que nos tienen bien cogidos por las pelotas. Llegan unos señores que nadie sabe muy bien quien cojones son y de pronto dicen, usted no es solvente, no creemos en usted, no le vamos a prestar más dinero, se acabó el chollo, y además le vamos a recalificar su deuda, ahora en lugar de ser  "AAA" va a ser "AA" y no se nos ponga farruco porque en menos que canta un gallo le endosamos una "CCC" y le volamos el chiringuito por los aires. Y como no hay un dios que se fíe de usted,  le vamos a prestar el dinerito que necesita pero con un tropecientosmil por ciento de interés. Entonces es cuando el gobierno de turno echa cuentas y dice, si queremos cumplir los plazos y que estos hijos de puta no nos crujan aún más a intereses hay que recortar en gastos sociales y revisar el sistema de pensiones ¡Así que todo el mundo a currar hasta el día antes de pasar a la horizontalidad perpetua! ¡Error! !Joder, que salgan las putas supertacañonas por algun lado tocando la maldita campana! ¡Dong-dong-don! ¿Alguien se ha parado a mirar cual fue el beneficio neto de las principales empresas el año pasado? ¿Y el de los principales bancos?¿Sabes cual fue el beneficio neto de Inditex del primer semestre de este año, por poner un ejemplo? 628 millones de euros ¿Y el del Banco Santander, por poner otro más sangrante, en el mismo periodo? ¡4.730 millones de euros! ¿Sabes qué es el FMI? Una maldita trampa. Una ratonera. El país que cae en sus garras no levanta cabeza. Un invento maquiavélico de un grupo selecto de paises para someter al resto y apoderarse de sus recursos, sin necesidad de invadirlos, ya que hoy en día está muy mal visto eso de las invasiones, a no ser que te llames Irak y haya tres tipos dispuestos a hacerse una maldita foto.
    - Respira, respira, que te va a dar algo muchacho. ¿Has visto lo de las manifestaciones en  Reino Unido?
    -De pasada, entre cucharada y cucharada. Me parece normal que los chavales se manifiesten cuando se toman medidas que conllevan el encarecimiento del acceso a la formación, llegándose a triplicar el coste de sus matrículas. ¡Hasta los guiris con su puto protocolo, su supuesta selecta educación y su maldita puntualidad lo están haciendo! ¡Lo que no es normal es lo de aquí! Que nos quedamos en nuestras bonitas casas hipotecadas viendo GH, DEC, SLQH, TLJ o lo que en ese momento salga por la maldita caja tonta.
¿Por qué se empeñan en salvar al Sistema y con él al grupo de hijos de puta que se están forrando el hígado a costa del mundo entero? ¿Por qué en lugar de acudir al rescate, no dejamos que vayan cayendo las malditas piezas del dominó una tras otra? ¿Me dejas que te haga una pregunta que el otro día se hacía @elbaronrojo, estoy seguro que con ésta por lo menos sonríes?
    -Dispara.
    -¿Nadie va a negociar con los secuestradores antes de pagar el rescate por Irlanda?
    - Muchacho, estás fatal. Anda, ponte a currar, que entra gente.
    -¡Pero si la culpa es tuya! Que no me dejas tranquilo. Todo el rato dando por culo y generándome preguntas. Preguntas, preguntas y más preguntas. ¡Me vas a volver loco!
    -¿Qué quieres que haga? Soy así por naturaleza.
    -¡Para! Déjame tranquilo un rato. ¿Tu no has oído nunca decir que para ser feliz en esta vida hay que ser un completo ignorante? ¿No hacerse preguntas y mucho menos buscar respuestas?
    -Pues jodido lo llevas...
    -Serás...]

    - Sí, dígame.



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miércoles, 10 de noviembre de 2010

Waterworld

    Azul de mar y azul de cielo, mezclados allá a lo lejos, donde la vista no da para más y el destino es una brumosa y delgada línea entre dos azules, imposibles de distinguir uno del otro.
    Barcos, una inmensidad de barcos se encuentran a mis pies. El plano se abre, para dejar entrar más barcos en el campo de visión. Barcos y azul, intenso y marino abajo, calido y celeste arriba. La tierra por momentos parece volver a ser plana. Plana, estática y finita, como debiera ser antes de que primero Aristóteles y luego Galileo pronunciase con la boca chica, aquel eppur si muove nada más escapar de las llamas inquisitoriales.
    Se cierra el plano -¿O sería más acertado decir se centra el plano?- en un sólo barco. ¿Soy yo? Aún a día de hoy no lo sé. Hay voces que dicen que debiera haber reparado en su estado, en la limpieza e integridad de sus velas, en el calafateado del casco, en la limpieza de la cubierta, en el estado del mascarón de proa... pero no lo hice, o si lo hice no consigo recordarlo. Los barcos se movían, o quizás permanecían estáticos y era el agua, el océano, el que avanzaba bajo ellos. Sé que la proa del barco central -por llamarlo de algún modo- cortaba el azul intenso en dos, sin violencia, tranquilamente, formándose una estela de espuma a popa. Avanzaban lentamente unos, otros algo más deprisa, los había que se alejaban a medida que avanzaban sin avanzar, pues el horizonte seguía estando allí donde estaba minutos o horas antes, allí donde la vista cansada y las miopías no daban para más.
    Una extraña sensación se cernía sobre mi, creía saber que en alguna dirección se abría el abismo, un abismo que ninguno de los barcos adivinaría hasta que su cercanía fuese tal que no habría opción a arriar las velas y variar el rumbo.
    En ocasiones me sentí tentado de avisar a aquellos barcos que según mis cálculos y mis cartas de navegación se alejaban de la ruta que yo creía segura, pero siempre me asaltaba la duda. ¿Y si quien sigue la ruta equivocada es este barco sobre el que me encuentro? Pero yo tampoco tenía potestad ni poder como para alterar la dirección de ninguno de los barcos, ni siquiera del que ocupaba el centro de mi campo de visión, y en el cual se centraban prácticamente toda mi atención y mis temores.
    En un momento dado un buque enorme pasó cercenando mi trayectoria justo frente a mis narices, con mucho ruido de bocina naviera, dándome un susto de tres pares de cojones.
Pero una vez ocurrido esto y sin apenas zozobrar, el barquito seguía, al tran-tran, sin hacer ruido, como si una brisa imperceptible lo empujase, dejándose llevar dónde el viento o la marea tuviesen a bien. Ahora la distancia entre los barcos era mayor que en un primer momento, como si éstos quisiesen abarcar la totalidad azul del infinito océano. Hubo barcos a los que poco a poco se perdía de vista, pasando en un último instante de ser una mancha marrón en la lejanía a formar parte de aquella línea delgada y difusa en la que todo parecía tener cabida. No sé si la inmensidad azul crecía por momentos, o eran los barcos los que se hacían más pequeños, el caso es que ahora el color azul predominaba sobre el blanco de las velas y el marrón crudo de los cascos. Ya era prácticamente imposible comunicarse con ninguno de los barcos de los alrededores, la distancia se antojaba insalvable para mis voces. Grité a algunos, pero no obtuve respuesta, intenté seguir a otros -a los que creía con la dirección y ritmo adecuados- con la mirada fija, lanzando un cabo imaginario desde mi estribor a su babor, creyendo que podría así variar el rumbo del barco sobre el cual me encontraba, pero fue en vano. Se deslizaba suavemente, con el mascarón de proa a modo de mirilla de escopeta de feria, acechando el infinito. De algún modo entendí que aquel mundo estaba constituido en su totalidad por agua, que no había tierra firme en la que posar los pies y que si la había, era sin lugar a dudas aquello que todos los barcos iban buscando. Supe que era un sueño y quise despertar antes de que el agua salada lo ocupase todo, con aquel barco a la deriva en el centro de la imagen. No creí soportar aquella inmensidad azul en solitario.

Sin abrir los ojos, alargué la mano y rocé su mejilla, la acaricié primero y después la apreté entre mis dedos pulgar e índice. Abrí los ojos, después los abrió ligeramente ella, otra vez azul, pero este diferente. Dijo buenos días, la respondí, escondí la cabeza entre su cuello y su hombro. Respiré hondo el rastro tibio del perfume impregnado en su piel, aliviado, acababa de encontrar tierra firme.
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jueves, 4 de noviembre de 2010

¡Que viene el papa! ¡Que viene el papa!

    Esto de mantener un blog, hay días que es un gustazo y otros un soberano coñazo. Porque hay días en que uno está inspirado y los dedos se deslizan como lombrices por el teclado y otros, los más, en que parece que las ideas se escurren y las teclas han cambiado su ubicación, para hacer así el trabajo aún más difícil, y lo que es peor, más feo.
    Iba a hablar de la visita del papa, pero es que me da una pereza de tres pares de cojones.
    Voy a intentarlo, aunque no prometo nada bueno.
    No sé por qué pero estos días, cuando en los periódicos, en la televisión o en la web encontraba noticias hablando de su visita, a mi mente venía la siguiente e infantil conversación:

-¡Que viene el papa! ¡Que viene el papa! (en titulares)
-Pues a mí, como si viene la mama. (un servidor)


    Y lo que es peor, acto seguido se me dibuja una sonrisa tonta en la boca -de esas que le delatan a uno y llevan a la concurrencia a decir ¿Qué habrá pensado el subnormal este?- mezcla de que vergüenza das, a tus años y que se te ocurran semejantes gilipolleces para una milésima de segundo después marcar sonrisa y pensar que coño, pues a mí me hace gracia.
    El caso es que viene el sumo pontífice de Roma, el del totus tuus, el del urbi et orbi y la madre que lo parió en latín, en hebreo, en arameo o en catalán, que por lo visto será la lengua en la que parle el menda en su visita a la sagrada familia. Imagino y espero por el bien de los feligreses no catalanohablantes que le pondrán interprete como al Montilla en el congreso, con cargo a las arcas públicas quiero decir, faltaría más.
    Parece ser que la visita sale por un pico, a pesar de que dicen que generará no se sabe cuantas veces más del pico que cuesta, lo cual un servidor nunca ha llegado a entender muy bien, pero bueno, corto que es uno.
    Lo que un servidor entiende un poco mejor es que la ciudadanía en general y los-rojos-quema-iglesias más en particular, pongan el grito en el cielo, alegando que con la que está cayendo, podían ahorrarse los cuartos o invertirlos en otros menesteres, más terrenales que divinos, a poder ser.
    La verdad es que yo tampoco lo tengo muy claro. A santo de qué, con una parte por muy minúscula que sea de mis impuestos, se sufragan los actos de una organización religiosa con cuyo discurso no estoy para nada de acuerdo.
    ¿España no es definida como aconfesional en su constitución? ¿O me he perdido algo? ¿Entonces? ¿Que usted quiere ver al papa? Pues cojonudo, tiene dos opciones, o se paga un viaje al Vaticano o se rasca el bolsillo y le paga una buena suite con todo incluido en el hotel que al sumo se le ponga en la punta del báculo. Más claro, Cristasol.

    Y todavía hay quien se rasga las vestiduras porque el ZP no va a ir a hacerse la foto con él. Y digo yo, si a los ortodoxos, judios, musulmanes, calvinistas, luteranos y demás sectas moralmente aceptadas se les antoja traer en viaje pagado a su respectivo chamán/líder espiritual ¿Qué hacemos? ¿Les pagamos la estancia y les mandamos al ZP a hacer manitas con ellos?
    Pongamos –dios* me libre- que un servidor por una broma macabra del destino llega a la presidencia del gobierno. Por qué coño yo, ateo y pecador empedernido según sus baremos, tengo que ir a saludar a un personaje que si algo me inspira es desconfianza y asco, y para más inri sus doctrinas me repatean los higadillos. ¿No podría alegar objeción de conciencia al igual que hacen los ediles católicos para negarse a realizar matrimonios homosexuales?

    Lo triste es que al final, nos pongamos como nos pongamos, el pontifice va a venir, se va a poner hasta las trancas de percebes en Galicia y de butifarra en Cataluña -el pater tiene pinta de darle a la mandíbula de fábula- pero, del hambre en el mundo, de la pobreza de unos muchos y del egoísmo de unos pocos, de los abusos sexuales cometidos por hijos de puta con sotana, alzacuello y sacristia, de la ignominiosa posición de la santa iglesia* católica apostólica y romana en todos los conflictos bélicos habidos y por haber, ni palabra. No vaya a ser que se le acabe el chollo de las excursiones pagadas.

    Con la iglesia* hemos topado, amigo Sancho.



* ¿De verdad te tengo que explicar por qué he puesto esto en minúsculas?
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martes, 26 de octubre de 2010

Abre los ojos!

    Creo no descubrir ni escribir nada nuevo si digo que el mundo, el sistema o el orden que rige nuestro modo de vida, no funciona, no es válido. Creo que no somos conscientes, ni interesa que lo seamos, del cómo y el quién mueve los hilos del gran teatro de títeres que es a fin de cuentas nuestras vidas.

    Se nos mantiene entretenidos y se nos engaña con “falsas noticias”, nos hacen creer que ése es el mundo real en el que vivimos, que ésas son las noticias y ésa la política real y que no existe otra, pero un servidor ya no se cree un carajo de lo que cuentan Matías, Gabilondo y compañía. A fin de cuentas, son unos muñecos más del teatro anteriormente mencionado, con sus hilos de nylon prendidos a manos, pies y boca, bailando y hablando al ritmo que la multinacional, o el gobierno de turno, toca.
    Nos hacen creer informados cuando en realidad no lo estamos; en los telediarios o en los periódicos, las noticias realmente interesantes pasan de puntillas sin apenas levantar polvo, en el supuesto caso de que éstas aparezcan.
    Ojalá se le dedicasen y se le hubiesen dedicado tantos minutos en televisión y tantas portadas a las filtraciones de Wikileaks (No me refiero sólo a los actuales Iraq war logs) como se le dedican y siguen dedicando a la separación de La Esteban, o a la futurible de su ex (nótese que ahora mismo, El Jesulín es el ex de La Esteban y no al revés) y La Campanario, a la paternidad del hijo de La Ivonne, al “retiro espiritual” del Matamoros, las lágrimas de Moratinos, el novio de la duquesa, la posible bisexualidad de La Pantoja, el último escándalo del nuevo novio del Falete, las canas al aire del Espartaco, los líos de familia de La Tita, los secretos de belleza de La Lomana, los morros de la ministra, o con quién se queda y con quién no el último tronista de Mujeres hombres y viceversa. Por poner unos cuantos ejemplos, vamos.
    Díganme si no es para buscarse la vena más gorda y tirar de cuchilla.

    Obsevando el video difundido por wikileaks en el cual se puede ver el asesinato de los dos periodistas de Reuters junto con al menos otras 10 personas, lo primero que me vino a la cabeza fue el nombre de José Couso, para después aparecer borrosas en mi memoria unas imágenes vistas en un documental, realizado por la misma cadena para la que trabajaba, a los pocos días de su asesinato, en las cuales se ve cómo es transportado en un colchón, si mal no lo recuerdo, ante la mirada desencajada de Jon Sistiaga.
    Las voces de los familiares, amigos y todos aquellos que pedían justicia se fueron apagando con el paso de los años, debido sobre todo a la falta de apoyo del gobierno de España, que no estuvo a la altura y no tuvo el valor suficiente como para exigirle al todopoderoso gobierno de los United States of America, que se identificase a los asesinos y se les juzgase como tales. Sólo espero que los familiares y amigos de las personas que son asesinadas en el vídeo difundido por wikileaks reciban la justicia que a día de hoy no ha recibido José Couso.
    Al terminar de ver el vídeo, las palabras rabia, indignación, incredulidad, asco... no son capaces de definir lo que me comía las entrañas y me nublaba el entendimiento.

    Fue como despertar de un sueño, como si el escenario de cartón piedra por el que como buena marioneta me desenvolvía se hubiese desmoronado de repente. Los buenos dejaron de ser buenos y comencé a entender las razones de los malos. Vi el mundo desde el otro lado del espejo y no me gustó nada, pero nada, lo que veía.
    Me había tragado los documentales Zeitgeist: the movie y Zeitgeist: Addendum, pero aún creyendo que en su conjunto y globalmente pueden dar una visión bastante acertada del orden real del mundo, para mi algunos casos no pasaban de ser meras teorías conspirativas. Otorgándoles, eso sí, la importancia que tiene el mero hecho de hacernos pensar y dudar. La duda es el primer paso hacia el conocimiento, nos obliga a informarnos, a mirar el mundo con otros ojos, a prestar atención a todo aquello que ocurre a nuestro alrededor, a buscar más allá de la noticia, debajo de la tinta del periódico o del speech del periodista de turno.
    No somos conscientes del poder que tenemos, quizás no como individuos aislados, pero sí como sociedad, como conjunto de seres humanos que no está dispuesto a permitir la tortura y el crimen para saciar las ansias de poder y el egoismo de unos pocos. Tampoco somos conscientes de la poderosa herramienta que es internet para despertar mentes, para aprender, para estar informado en tiempo real, sin ningun tipo de filtración oficial.
    A quienes quiera que sean los que gobiernan y controlan este mundo, no les interesa que la tijera de la educación, de la cultura y de la información corte los hilos que nos mantienen atados a sus sucios dedos.
    Estoy seguro que no les gusta el libre acceso a la información que presta la web, estoy seguro que no les gusta Julian Assange, estoy seguro que tampoco les gustas tu, si es que has tenido la curiosidad suficiente como para llegar hasta aquí.

    Ahora, abre los ojos y miénteme, dime que nada de lo anterior es cierto.
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miércoles, 20 de octubre de 2010

Mañana no será lo que Dios quiera.

    Mañana es un abanico que se abre y se cierra de manera imperceptible ante nuestros ojos; mañana puede ser un todo incierto o un ayer asegurado. En mañana caben beso, abrazo, lágrima y adiós; en ayer todo menos esperanza e ilusión, un todo sin sentido y sin medida; caben la leche y el tazón, el collar del perro, la banda de música, el telescopio, el mando a distancia y el tenedor, el imperdible, la batuta, el marcapáginas, el billete de metro, la sopa de sobre, la pata de palo, el peine, el microscopio, la pelota y el ordenador.
    En mañana caben verde y azul, amarillo y negro, cabe la Historia al por mayor. Cabes tu y quepo yo. Cabemos nosotros y ellos, Cien años de soledad, Macondo, los Buendia y compañía, el diccionario, los finales tristes, los palacios de cristal, el corazón, la calabaza, la pipa de girasol, el violin, el oxido de las vias, las balas, los lunes al sol...
    Mañana llegará a ser hoy, ayer y antes de ayer, sin dejar de ser.
    Mañana puede ser aire, sacapuntas, alfiler, tobogan, arena, polvo de estrellas, sonrisa, lágrima en tus ojos, mirada complice, hoja perenne, primavera, piscina, isla desierta, cana en el pelo, traje de luces, guerra, vino, azucar, trigo verde, rueda de molino, agua que no has de beber...
    Mañana será Luis, será García, será Montero, será Angel, será Gonzalez...

Mañana, no me engañas, no serás lo que eres hoy.
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jueves, 14 de octubre de 2010

Delgada como el viento, suave como un alfiler...

     Lo que más duele cuando uno la ve, es el hecho de pensar que perfectamente tu, yo o cualquiera de nosotros, podríamos ser ella. Está delgada, extremadamente delgada. Tiene cuerpo de niña o quizás es que de algún modo lo sigue siendo. La primera vez que la vi, el cielo de Madrid estaba gris y las calles eran espejos que reflejaban el ámbar de las farolas. Estaba empapada. Esperaba en el vestíbulo de la estación de metro a que el vigilante de turno se marchase o saliese a fumar un cigarro o a hablar con el móvil. Entró antes de que a mí me diese tiempo a sacar el abono de la cartera y la cartera de la cazadora. No saltó el torniquete. No. Se agachó y paso por debajo, como una niña pequeña, como un rayo. Vista y no vista. Y se alejó dando pequeños saltitos al caminar y dejando el rastro de su presencia en forma de pequeños manchas de agua en el enlosado. Íbamos en direcciones contrarias y desde el otro lado del andén la vi caminar sin rumbo, arriba y abajo, acercándose ahora a una chica joven, ahora a un abuelillo, en actitud suplicante. El pelo pegado al cráneo y el jersey marrón -más oscuro en la zona superior debido a la humedad-y empapado, marcándole exageradamente los hombros. Al cabo de un rato se sentó en un banco, justo enfrente de dónde yo estaba. No sé si se dio cuenta de que la observaba y la estudiaba, no sé si me vería o si me prestaría la más mínima atención; 0 si simplemente sus ojos miraban al frente sin ver, sin observar, sin detenerse en nada, atravesándolo todo. Un hombre gris, en una tarde gris, en una ciudad gris; juraría que no me prestó la más mínima atención. Pero a mí me tenía asombrado. Tal y como estaba sentada, subió los pies apoyando los talones sobre el borde del banco y se abrazó las piernas a la altura de las rodillas. Tiritaba. Tenía los bajos de los vaqueros sucios y mojados hasta media pierna. En los pies unas bailarinas negras que supuse igualmente empapadas. No ocupaba espacio. Era como uno de esos pajarillos que se caen del nido en los días de viento y lluvia, con las plumas mojadas y todavía sin saber volar. Uno de esos pajarillos que los niños encuentran desvalidos en el parque y con toda su buena voluntad de niño se los llevan a casa y los ponen al lado del radiador mientras intentan darles de comer miga de pan mojada en leche caliente. Uno de esos gorrioncillos que a los pocos días de estar en casa, cuando ya están secos y bien alimentados, al levantarse el niño una mañana e ir corriendo a verlo a la caja de zapatos donde le ha improvisado un nido con recortes de periódico, descubre que está muerto. Su madre, la del niño, que para él es alguien que lo sabe o debe saberlo todo, responde a su pregunta diciéndole que se ha muerto de tristeza, porque echaba de menos a su mamá. Pero que ahora ya está en ese cielo al que él nunca habría llegado por si mismo al no saber aún volar. El niño llora y entre lágrimas dice que no es justo. Hay tantas cosas injustas en esta vida hijo, hay tantas cosas, responde la madre al tiempo que le abraza. El llanto del niño era como el ruido del tren que entraba en la estación, poco a poco se fue calmando, hasta quedarse completamente en silencio. Cuando el tren desapareció devorado por la oscuridad del túnel, el banco y el anden estaban desiertos. Ella había desaparecido con él.
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viernes, 8 de octubre de 2010

A veces, casi siempre

    Según la agencia estatal de meteorología, la AEMET para aquell@s que gusten del últimamente tan en boga uso de las iniciales para formar un nombre, hoy llovería en Madrid, y un servidor ya se estaba frotando las manos sabedor de que los días de lluvia siempre son proclives a la letra fácil. Pero mira por dónde, resulta que la AEMET ha vuelto a fallar en sus pronosticos y la lluvia no aparece por ninguna parte, mientras la escritura que sí la hay, aunque sea algo forzada, me sale seca, raspándome la garganta.
    Por primera vez en la vida de este blog y sin que sirva de precedente, me he aplicado una autocensura, he publicado para acto seguido retirar lo publicado. He tenido que guardar palabras que la gente, siempre la gente, no ha sabido interpretar y he tenido que convertir en borrador algo que era digno de ser publicado. A veces, casi siempre, hacemos daño aún sin ser conscientes. Lo lógico cuando se es consciente de ese daño, es enmendar el error y como tal lo he hecho. Todavia queda gente que no puede entender que dos personas del sexo opuesto sean amigos y nada más, todavía hay gente que donde pone abrazo quiere ver sexo y donde pone extrañar o echar de menos ve rescoldos de un amor que nunca existió. Todavía hay gente que piensa que los amigos y las amigas no utilizan perfumes que quedan grabados en la memoria para no irse de la pituitaria jamás. Todavía hay gente que no entiende que hay amigos y amigas a quienes se les quiere como hermanos, sin necesidad de un porqué. Todavía hay gente que cuando dices que quieres a una persona en concreto piensa que a quien realmente quieres es a su hermana o a su vecina. Todavía hay gente que no entiende que se puede echar de menos a alguien a quien no se desea ver, a alguien con quien no se quiere volver a tener contacto. Todavía hay gente que no entiende que éste que teclea tenga momentos dulces en los que sólo recuerde las cosas buenas que esa otra persona le dejó grabadas en la retina mientras olvida, o hace con que olvida, las malas cosas que le nublaron los ojos. Las amigas y los amigos, a veces, salen a la calle con el pelo mojado y cuando se les abraza, el pelo les huele a champú y nos humedecen la mejilla más próxima, no es necesario haberse dado un revolcón con ducha incluida para descubrirlo. Todavía hay gente que no me entiende. Todavía hay gente a la que no entiendo. Y a pesar de la censura autoimpuesta, no hay mejor blog, ni mejor entrada que la memoria de uno mismo, ésa que no se puede formatear ni borrar, ésa que seguirá intacta hasta que la muerte o el alzheimer nos quiten los recuerdos. Entonces, sólo entonces, habrá quien pueda dormir tranquil@.
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Un año, tres segundos.

    A veces, casi siempre, me pregunto si tu también extrañas mi presencia. Si me añoras, si echas en falta mis abrazos como a veces, casi siempre, yo echo en falta los tuyos. Un año hace ya de entonces. Un año. Se dice pronto. Tres segundos tan sólo, sirven para decir "un año", lo he cronometrado; el año que llevo sin ver el brillo de tus ojos y sin disfrutar de tu sonrisa preñada de dientes. Un año sin tu cara recién lavada  rebosante de optimismo y alegría. Un año sin sentir el apretón de tu abrazo y el olor de tu pelo mojado. Un año siguiendo el rastro de perfumes Hugo Woman que nunca terminan en ti... A veces, casi siempre, tres segundos me resultan demasiado tiempo.
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jueves, 23 de septiembre de 2010

Los restos del naufragio.

    ¿Por qué y para quién escribo? Única y exclusivamente para mí. No lo hago para ti, no te confundas. El acto de escribir es egoísta y egocéntrico, es un placer onanista que no gusta de ser compartido hasta que las partes son un todo con sentido. Hasta que llega el momento en el que quien escribe cree escuchar en un futuro inalcanzable los aplausos y los gestos de aceptación de los futuros lectores; en ese momento uno sabe que está perdido para siempre. Las letras son el vapor que sale de la olla a presión en que a veces se convierte nuestra vida, en este caso mi vida. ¿Por qué? Quizás porque me relaja, porque es la única forma, que no creo la mejor, que encuentro de poner orden en mis ideas y mi vida. Porque en esos momentos en que no entiendo y no comprendo el comportamiento del mundo, ni del ser inhumano que lo habita, el único consuelo que encuentro es bucear dentro de mi mismo para sacar a flote los restos de un naufragio que aún no tuvo lugar.


    La gente, los amigos, la familia, las personas al fin y al cabo ¿Qué son y qué somos? ¿Hay personas malas? Intrínsecamente malas quiero decir. Con un gen o lo que demonios nos predisponga de uno u otro lado del bien y del mal ¿De verdad hay gente que disfruta con el mal ajeno? Me pregunto para encontrar respuestas que sé conozco perfectamente pero que no tengo el valor de escuchar de viva voz. Al escribir la respuesta, ésta siempre me parece tener un contorno menos cortante y también siempre se me cuela irremisiblemente la palabra esperanza entre consonante y vocal. Sí. Es la respuesta. Corta y contundente como el gancho que alcanza la mandíbula sin ningún tipo de obstáculo, como el pinchazo fulminante en el corazón infartado.

    Y es entonces, cuando una vez leída y asimilada tal afirmación asientes sin darte cuenta, -como probablemente ahora mismo también hagas tú aún sin admitirlo- cuando la rabia, espesa y negra, fruto más de la incomprensión que del odio flota a la superficie enturbiando la razón. El corazón tiene razones que la razón no entiende dijo un Blaise Pascal más filosofo que matemático o físico. Y es cierto, a veces el corazón tiene negras razones que la razón, mi razón, nunca entiende. Pero no puedo ni quiero evitarlo. No puedo ni quiero olvidarlo. La memoria es el escudo invisible que nos protege de futuros y similares errores.
    Desde el otro lado de la línea divisoria no alcanzarán a ver los jirones de mis velas, ni las astillas de mi palo mayor. El esperado naufragio no tendrá lugar, navegaré con el rumbo fijo en mi timón, capeando el temporal y arribaré allí donde sé nunca me alcanzarán. La felicidad, además de buen puerto en que encallar, siempre es la más dulce de las venganzas.
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sábado, 18 de septiembre de 2010

Manifiesto Noviembre

    Ayer por la noche vi, por segunda vez, la película Noviembre de Achero Mañas. Volvió a impresionarme y a golpearme como la primera vez. Recordaba lo que en su día escribí con respecto a ella y he decidido compartir con tod@s ustedes aquello que escribiera allá por el año 2005. Está tal y como lo escribí en su día. Espero sean benévolos.

Manifiesto Noviembre:

Que todos los meses sean Noviembre,
 que no se quiebre la ilusión,
que nadie nos robe la esperanza,
 que no llegue Diciembre
a estropearlo todo con sus pascuas.

 Que todos los días se llamen viernes,
que el dinero no ensucie nuestras almas,
 atrevernos a hacer lo que nos gusta,
 que las manos, aun siendo de color, sean blancas.

 No mentirnos, dejar de hacer lo que nos duele,
 vernos con los ojos del vecino,
 exigirnos un mundo diferente,
 sin muros, sin lamentos,
sin personas que se llamen “sin papeles”

 Ser mejores de lo que fuimos ayer mismo,
 mejorar en cada paso, en cada aliento,
 dar sin recibir nada a cambio y seguir vivos,
 y felices y más contentos.

 Querer ser y en el camino, olvidar el ser que fuimos,
 llorar todos los días, mostrar que estamos vivos,
 sentir, responder a los golpes de la vida,
con una flor, con una lagrima,
con sonrisas melladas pero alegres.

 Que mi esposa se llame Felicidad,
 que mi hija responda al nombre de Esperanza,
 vivir con las cuentas de la vieja,
 llegar a viejo y contar cuentos
 a nietos que se esconden entre las piernas del que escribe.

 Ser la flor que sale de la pistola,
 el “bang” con banderola,
 que asustan pero no duelen,
 que nadie nos diga lo que somos,
 llegar a ser lo que anhelamos,
pues anhelamos ser mejores.

Agustín García Quiroga
Madrid (17/12/2005 a las 2:15 de la madrugada)
Después de ver la película Noviembre de Achero Mañas.
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jueves, 16 de septiembre de 2010

Madrid-Petrosani-Madrid.

    Capítulo VII:

    El aire en el exterior era frío. Las mangas y pantalones cortos no abrigaban lo suficiente en aquel rincón de Eslovenia, una vez vencido el sol y con la luna sonriendo ya en un cielo punteado de estrellas. Aunque parezca mentira, por una vez en todo el viaje entramos por la puerta trasera del autobús buscando el calor y el recogimiento de nuestros asientos, sin importunarnos la densa atmósfera que se había venido formando en las aproximadamente treinta y dos horas de travesía.
    Nos sentamos más juntos que de costumbre, intentando atrapar el calor corporal que desprendíamos y nos fundimos en un abrazo al tiempo que con las manos nos frotábamos mutuamente espaldas y brazos, intentando aliviar así el frío de nuestro contrario.

-¿ Te das cuenta que es la primera vez que nos abrazamos en todo el viaje?- En la voz de klara se mezclaban la sorpresa y la chanza de forma casi proporcional.

-La verdad es que ahora que me paro a pensarlo tienes toda la razón. Pero tú me comprenderás que con los calores y sudores que hemos pasado, lo último que apetece es apretarse y restregarse. Además que debemos tener un aspecto deplorable.

    No  teníamos espejos para verificarlo, pero nos teníamos el uno al otro para describirnos el brillo de nuestros rostros o la suciedad pegada a nuestros cuellos así como el deplorable estado de nuestro pelo.

    Por lo menos, esta noche, no transitaremos por los infiernos.

    La tregua que nos dio el calor, así como el cansancio acumulado hicieron el resto, sin apenas darnos cuenta caimos rendidos a una encadenación de sueños ligeros de los que saliamos para apenas abrir un poco los ojos, cruzar dos somnolientas palabras o buscar acomodo en otra postura, para una vez hecho esto, volver a caer rendidos en manos de morfeo.

    Creo haber entreabierto los ojos en uno de esos lapsos entre sueño y sueño y encontrarme a lo lejos con las luces de Budapest, amarillas en la lejania, como una inmensidad de pequeñas hogueras repartidas en torno al Danubio, pero por desgracia para mi y para quienes esto lean, a día de hoy no consigo acertar con la realidad o irrealidad de dicha imagen. Una cosa es cierta, tenía más de irreal y mágica -de febril y vaporosa ensoñacion- que de imagen real; pero ¿Ysi fuese real? ¿Y si no hubiese sido un sueño?  Entonces si así fuese, sólo nos quedaría una alternativa: volver, volver para perdernos contando, desde el puente Széchenyi, las luminarias reflejadas en el gran rio, como un servidor se pierde recordando los fueguitos de Galeano que a lo largo de mi azarosa vida abrasaron, aunque solo fuera durante un segundo, mis pupilas.
El mundo es eso - reveló-. un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales.Hay gente de fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas; algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.
    Amaneció el martes, el último día de aquel sin par tour, en una carretera de doble sentido, con el firme irregular, de tal modo que Klara y un servidor, así como todos nuestros acompañantes, parecíamos transitar a lomos de alguna atracción de feria. A ambos lados de la cuarteada carretera, campos y pequeños huertos salpicaban el paisaje. Recuerdo la voz de María, con los algodones del sueño enredando aún sus cuerdas vocales, dándo los buenos días y mirando por la ventana intentando encontrar alguna referencia, un hito en el paisaje, para así actualizar su propio e interno GPS, aquél adquirido a fuerza de realizar multiples viajes como aquel, verano tras verano, en busca del abrazo tibio de su hijo.

- Dentro de dos horas, a las ocho, más o menos, llegaremos a Arad- dijo con su singular sonrisa bailándole en la cara.
Su pareja asintió, solemne. Un par de horas más y estarían en casa, con su hijo y sus familias. Me alegré por su alegría. Era lo justo. Era lo merecido.

    En el plazo de tiempo estimado por nuestra compañera de fatigas, apareció ante nosotros el desvencijado puesto fronterizo, la línea imaginaria que separa Hungria y Rumanía se dibujó con color óxido en mi memoria, y las manchas de óxido, como todos ustedes saben, se eliminan con enorme dificultad. Los paises vecinos, como ocurre en casi todos aquellos que comparten frontera, se encuentran enemistados de propia cercanía.

Cuando el autobús se detuvo, metros antes de la barrera, el conductor pidió la aportación "voluntaria" de tres o cuatro euros por cabeza, para evitar que la policía fronteriza hungara nos retuviese tanto tiempo como a ellos se les antojase existiendo motivo o sin él. No podía creerlo. A estas alturas de la película, se nos estaba solicitando un soborno en toda regla. Con billetes metidos en las páginas centrales de un pasaporte y demás. Aportacion voluntaria.

-¿Que es lo que dice?-le pregunté a Klara.
-Nada, que estos húngaros son unos cabrones- años de abusos y rencores heredados se colaban en su voz.
-¿Pero por qué? ¿Que es lo que pasa ahora?
-Pues que o les pagamos o nos tienen aquí parados hasta que ellos quieran.
-¡Pero no pueden hacer eso!
-Claro que pueden. Si quieren pueden revisar maleta por maleta, hasta el último neceser, con el tiempo que ello conlleva. Así que si no queremos perder del orden de tres o cuatro horas, ya les estamos pagando.
-¡Hijos de puta! ¡Pero eso es ilegal! ¡Esto es la hostia!- Estaba realmente indignado, si no lo hubiese visto y sentido en mis propias carnes nunca lo hubiese creido.
-Tenemos que poner tres euros cada uno-dijo con la voz resignada de quien sabe que no queda otra alternativa.
-Ya, lo de los trei euro lo he entendido- Eché cuentas mentalmente- así es que se sacan del orden de 140 euros por autobús. Hijos de puta. ¿Cuantos autobuses pasan por aquí diariamente?- Por lo pronto teníamos uno justo delante y otro detrás de nosotros, la vista no me daba para ver más allá. Y eran las ocho de la mañana. Los muy cabrones iban a hacer su agosto y nunca mejor dicho.
-Ni se sabe. De todos modos da gracias. Cuando yo viajé a España por primera vez, antes de entrar en la unión, teníamos que poner treinta euros cada uno.
-¡Pero eso son casi 1300 euros por autobús, así por encima!
-Bienvenido a Rumania. Aquí esto es lo más normal del mundo.

    Una chica joven, que habia cometido el pecado de sentarse en la primera fila del autobús, fue la encargada de realizar la singular colecta. Cuando llegó a nuestra altura, su cara era una mezcla de verguenza propia y odio hacia aquellos que reclamaban aquel particular donativo. Klara la alargó un billete de cinco euros que encontró rápido acomodo en una mano derecha cargada con todos los billetes que había venido acumulando desde la parte delantera hasta la trasera del autobús.

    El autobús que nos precedía franqueó la barrera. Avanzamos lentamente apenas unos metros, para de nuevo detenernos junto a la caseta del puesto fronterizo. Por las escaleras delanteras del autobús apareció un policia húngaro, rechoncho y con bigotes, dispuesto a revisar las documentaciones. Se podía cortar la rabia y el odio de los viajeros hacia aquel personaje. Si las miradas matasen, ese hombre habría muerto acribillado nada más emerger por la parte delantera del autobús. Era el último eslabón de una cadena que venía asfixiando a un pais desde tiempos inmemoriales. Una cadena que era necesario destruir.

    Cuando le tendí mi dni, lo observó asombrado. No sabía por dónde cogerlo. Miró la parte frontal y se entretuvo en la trasera, como si realmente entendiese lo que leía. -Gilipollas, pensé- cuando recogí de nuevo mi documentación le miré directamente a los ojos, intentando que mi mirada dijese lo que no podía decir con palabras. Asco, me das asco. Eres un enorme saco de mierda. Le arrebaté bruscamente el carnet de la mano cuando me lo tendió, intentando así mostrar mi indignacion y mi falta de respeto hacia su supuesta autoridad. Me miró como si no fuese con él la cosa y recogió el pasaporte que le ofrecía Klara.

    Una vez concluida la revisión de documentos, el gendarme se apeó del autobus como había subido, sin pronunciar una sóla palabra.

    Avanzamos unos metros. Klara me miró. No hacían falta palabras. Habíamos llegado.
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viernes, 3 de septiembre de 2010

KH-7

    Me he comprado un bote de KH-7 -desengrasante desincrustante pone en la etiqueta- he enganchado a la batidora el accesorio picahielos y ahora mismo me lo estoy tomando de a poco. Saboreándolo. Con un par; letra a letra, con el trac- clac- trac del teclado de fondo, mientras noto cómo hace efecto en mi cerebro, cómo borra la mierda que todos acumulamos en la sesera -lecturas imposibles, exámenes inoportunos, textos atragantados, trabajo, familias políticas, desaparecidos en combate, facturas pagaderas...- y me siento ágil, libre, iluminado, brillante -por fuera y por dentro- ¿Cuántos de estos harán falta para limpiar el mundo? Barriles, camiones, buques, aviones, transatlánticos... no hay medida humana, dijera lo que dijese el de Abdera. Homo omnium rerum mensura est («El hombre es la medida de todas las cosas»)
¡Y una polla!

    El otro día volví a ver a Aznar intentando hablar inglés en el Congreso Mundial Judio. ¿Qué coño hace este tio en un congreso judio? ¿Por qué no se limita a hacer abdominales que parece ser que es -vistos los resultados- de lo poco que se le da bien? Y que cojones, puestos a preguntar ¿Por qué no le ponen un intérprete? Pero si se lo ponen hasta a Montilla en el congreso cuando le da por hablar catalán. ¿O es que no hay nadie a su alrededor que tenga huevos a decirle: -Josemari, mi alma, sabes que te aprecio, pero cuando hablas ingles la gente se pega una "pechá" a reir?

    Otro sorbo

    -Estamos trabajando en "eyoooo".
 ¡Me cago en su puta madre!  ¡Se me va a quedar corto el bote!
    Gracias a él y a otros dos tipos, Azores, en mi subconsciente, ya nunca volverá a ser un anticiclón, ahora es una puta foto, con todo lo que esa foto conlleva.

    Voy a tener que picar más hielo.

    Pakistán no es Haiti ni Nueva Orleans, pero la gente parece ser que se muere igual. No llega la ayuda humanitaria, no hay maratones televisivos ni mediáticas campañas para recaudar los millones de euros, dolares o rupias que se necesitan para paliar tanta miseria y tanta muerte. Tampoco hay suficiente KH-7 para limpiar el cieno que sepulta los cadáveres que tengo grabados en la memoria.
    Puta CNN, con sus noticias las 24 horas. ¿Quien quiere información? ¿Para qué? ¡Pon Gran Hermano, coño! o en su defecto Mujeres Hombres y Viceversa ¡Te está bien empleado, por subnormal!

    Necesito otro trago.

    Los moros* -sí, los moros, no los subsaharianos, ni los magrebies; los moros, está bien escrito, sigue leyendo coño, y si no te gusta lo que lees ¡largo!- siguen a lo suyo, con su yihad, su alá, su Meca y su Alcorán, mientras aquí arriba, al otro lado del gibraltareño estrecho, nos la cogemos con papel de fumar, y una vez hemos terminado nos la sacudimos tres veces, ni una más, por aquello de que más de tres sacudidas es paja, ya saben. Puestos a ser tolerantes somos lo más de lo más, santo Tomás. Y si llegado el caso, a mi hija -que aún no tengo- o a la suya, hay que ponerla hiyab, pues se la pone, aquí paz y despues gloria. Y si hay que apedrearla por adultera, pues se la apedrea. Con un par y sin que te tiemble el pulso. ¿Qué es eso de andar follando por puro y duro placer fuera del matrimonio?

    A ver si nos vamos enterando de una vez. Años de cruzadas y de reconquista ¡Para qué! ¿Rodrigo Diaz de Vivar? ¿Quien coño es ese? ¿Don Pelayo? ¿Simancas? ¿Navas de Tolosa? ¿Eso sale en Google Earth?

    ¡Con lo bonita que es la Alianza de Civilizaciones! Talante creo que era la palabreja.

    Vayan y háblenles de talante a los Ceuties o a los Melillenses, españoles como usted y yo, ojo, con sus IRPF's, sus IVA's y demás. Miedo me da imaginar qué ocurriría si en lugar de bloquear la entrada o salida de mercancías en Melilla, al amigo Mohamed Hamed Ali y sus comparsas se le pusiese en la punta del cimbel bloquear el puerto de Vigo, Mercamadrid o Mercabarna, por poner algun ejemplo, lugares estos tan españoles como lo puedan ser las ciudades autónomas. El guey don Juan Carlos bajándose al moro, para una vez en Rabat, con toda la clase política haciendo de mamporreros, inclinarse mientras Mohamed VI le pone mirando a La Meca. Para qué engañarnos, siempre ha sido así. No se nos vayan a cabrear los almohades y nos declaren la guerra, que estos "enfadaos" tienen que ser la de Alá. Por cierto, guerra en la cual me gustaría ver de qué lado se ponen los United States of America, mis dudas tengo y si no miren, busquen y lean por internet los intereses de los norteamericanos en nuestro pais vecino. Igual les tiemblan hasta las piernas.
   Venga, se lo voy a poner fácil, el puto KH-7 parece ser que también ablanda las visceras, no sólo el cerebro. ¿Qué ocurrió durante la Marcha Verde? ¿Hacia dónde miraban los yankis? Cuando terminen de leer esto, se pasean por aquí: http://arso.org/Kissinger-Bouteflika1975ES.pdf , si no les interesan las majaderías de Kissinger y BoutefliKa, váyanse directamente a la página cinco del documento, dónde pone Sahara Español. Qué cosas verdad. Acabarán prohibiendonos el acceso a internet, tiempo al tiempo, más despues de la aparicion de wikileaks***.

   Otro tragazo para el coleto

    ¿Esto tendrá efectos secundarios? ¿Por dónde cojones iba?

    Cuando suban mis primos los almorávides**, gritando aquello de Allahu akbar (Alá es grande) Ashhadu an la ilaha illa ’llah (Testifico que no hay dios sino Alá)Ashhadu anna Muhammadan rasulu ’llah (Testifico que Mahoma es el Enviado de Alá)...se van a "jartar" a reir, cuando nos vean la cara de pringados y las carnes blandas. No van a necesitar ni desenvainar las gumías. Pero no preocuparse, que saldrá José Luis de dónde demonios esté metido para ese entonces y con muy buenas palabras les explicará todo el tema de la alianza y las civilizaciones. En plan bien. Ya saben, eso de la letra con sangre entra, ya no se lleva, cosas de fachas, ustedes me entienden.
    Qué simpáticos los salvajes y "salvajas" magrebies dirá el fulano, mientras Taymullah o Yâzid le mandan -sin moneda en el bolsillo- de paseo en barca por el Aqueronte, sin darle tiempo ni tan siquiera a decirles en un árabe tan malo como el inglés del amigo Josemari aquello de salam aleikum.
    Parece que le estuviese escuchando al lila: -salá-maricón- diría el ZP con la sonrisa puesta y las cejas en uve invertida; y el moro, al tiempo que le afeita el gaznate gritándole: -¡Maricón tu padre!...y por cierto, me crié en Lavapiés. ¡"Tontolculo"!
   
¡Me "cagon" la puta!  ¡Estoy seco! ¡Se me acabó el mejunje! Con todo lo que me queda por escupir. Bueno, otro día sigo, será por mierdas que contar y que limpiar. ¡Me voy al super a por más KH-7! ¡Que me cierran!


* Según la R.A.E.: moro, ra: (Del lat. Maurus).
    1. adj. Natural del África septentrional frontera a España. U. t. c. s.
    2. adj. Perteneciente o relativo a esta parte de África.
    3. adj. Que profesa la religión islámica. U. t. c. s.
    4. adj. Se dice del musulmán que habitó en España desde el siglo VIII hasta el XV. U. t. c. s.

** Segun la Wikipedia: Se conoce como almorávides (en árabe المرابطون al-Murābitun, sing. مرابط Murābit — es decir: "el morabito", especie de ermitaño musulmán—) a unos monjes-soldados salidos de grupos nómadas provenientes del Sahara. La dinastía almorávide abrazó una interpretación rigorista del Islam y unificó bajo su dominio grandes extensiones en el occidente del mundo musulmán con las que formaron un imperio, a caballo entre los siglos XI y XII, que llegó a extenderse principalmente por las actuales Mauritania, Sahara Occidental de donde provenían, Marruecos y la mitad sur de España y Portugal.

*** Original del documento mencionado ubicado en la página de Wikileaks:  http://file.wikileaks.org/file/kissinger-bouteflika.pdf
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lunes, 30 de agosto de 2010

Madrid-Petrosani-Madrid

     Capítulo VI:

    Desayunamos en algún lugar cercano a la frontera franco-italiana, de nuevo en un área de descanso, en la que tras el mostrador de la correspondiente cafetería, una señorita francesa intentaba -con una permanente sonrisa en la boca- acertar con nuestras pertinentes peticiones. El que esto escribe dijo aquello de: deux cafe au lait, s'il vous plaît, del modo más digno posible, con un acento que no sonó nada bien, pero que fue suficiente para que la sonriente señora entendiera lo que deseaba y me respondiese, una vez abonada la consumición, con un perfecto merci. A día de hoy, para mi desgracia, mi pronunciación y mis conocimientos de la lengua del genial Alexandre Dumas padre o del creador de mi admirado Jean Valjean, por poner dos ejemplos de suficiente peso, siguen siendo igual de deficientes que lo eran aquella madrugadora mañana de agosto.
    Una vez dimos cuenta de nuestros relativos desayunos, estiramos las piernas dando un matutino paseo por los alrededores del área de descanso. El viento fresco de la mañana traía el olor a excrementos de caballo de una hípica cercana, donde la actividad de la misma se limitaba a un par de amplios portones abiertos de par en par de los que salía una luz amarillenta y de vez en cuando un hombre empeñado en transportar pacas de heno desde un montón piramidal que había en el exterior, hacia el interior de la nave, donde se perdía en forma de negra silueta, recortado por el haz de luz que rebosaba del edificio.

    Volvimos al autobús, los dos con la sensación de haber superado la primera prueba de fuego de aquel viaje. Las pesadillas de la noche, el sueño pesando en nuestros párpados, el asfixiante calor habían quedado atrás y no habían podido con nuestra ilusión.
    - Mañana a estas horas estaremos ya en Romanía- la cara de Klara lo decía todo, sin necesidad de palabras. Quería pisar su tierra. En silencio lo ansiaba. Nunca lo dijo, pero yo lo sabía. Lo sentía a medida que el autobús nos acercaba metro a metro a nuestro destino.
    -Dios te oiga. Esperemos que no haya ningún imprevisto, porque no sé si aguantaría un minuto más de lo necesario dentro de ese maldito autobús- en ese mismo momento, como dándose por aludido, del mismo vehículo que yo señalaba, salió un bocinazo, llamándonos así a proseguir el viaje.

    Perdí la cuenta del número de túneles que atravesamos en nuestros primeros kilómetros de recorrido por la tierra de Dante, el poeta de la Comedia, aquél que recorrió infierno y purgatorio guiado por Virgilio, para después acceder, -vivo entre los muertos- junto a su idolatrada Beatriz, al paraíso.
    No podía leer, dado que se alternaban momentos de cegadora claridad con  periodos de penumbra dentro de cada uno de los túneles. Tenía que dejar un insulto o una réplica de Pérez-Reverte en suspenso, esperando que la oscuridad pasase, para luego después de un tiempo en el que mis insomnes ojos se acostumbraban de nuevo a la claridad exterior, poder leer apenas un par de párrafos antes de volver a repetir el descrito ciclo.
    Mi compañera de viaje mataba el tiempo hablando con María o escuchando la voz aguardentosa de Tiziano Ferro -por aquello de que estábamos en Italia, imagino- mientras yo apuraba un libro que ya sabía, iba a quedárseme corto para aquél viaje.

    El bueno de Arturo no llegó a la comida de aquel segundo día, lunes en el calendario, que tomamos en algún lugar perdido en un mapa al que ya no prestaba atención. Si me interrogasen, lo más que hoy podría decir es que teniendo en cuenta que cruzar el territorio Italiano nos llevó todo ese día, desde casi el amanecer hasta el ocaso, deberíamos estar en algún lugar a mitad de camino de ambas fronteras, italiana y eslovena. Por decir una ciudad, diría que debíamos estar cerca de Piacenza o de Brescia, pero quién lo sabe.

   En los monitores del autobús, durante casi todo el viaje, vídeos de música popular intentaban hacer más ameno el viaje. A un servidor, si he de ser sincero, se lo destrozaba. Un rato puede ser llevadero, incluso gracioso, pero a todas horas, escuchando el mismo ritmo y las mismas o parecidas melodías -eu cu tine, tu cu mine, iubire, dragostea...- acaba con el buen juicio de cualquiera. Menos mal que llevaba tapones que introducía a conciencia en mis oídos y gracias a los cuales podía aislarme de conversaciones telefónicas realizadas a gritos, carcajadas que hacían vibrar los cristales o toses que podrían revolver el estómago del mismísimo Jack el destripador.

    Tuve que echar mano del plan B, una vez que la Patente de corso del Reverte fue papel leído. Llevaba conmigo un tocho de seiscientas y pico páginas -Los discursos del poder- del cual puedo asegurar que si bien literariamente no consiguió captar mi interés, como medio para conciliar el sueño no tuvo precio. Era leer cuatro páginas y los parpados me pesaban como si las pestañas fuesen de plomo. Será porque las mentiras, de tan repetidas a lo largo de la Historia me dan sueño o quizás porque mentir fue el primer verbo -después de aquel otro que dicen se hizo carne- que el ser humano comenzó a conjugar y a perfeccionar, desde los tiempos inmemoriales de aquella Eva aficionada a comer los frutos del árbol de la sabiduría.

    Una vez en Eslovenia, los carteles de la autovía me dejaban en la garganta y en la memoria el regusto amargo de unos nombres leídos y escuchados  durante la guerra de los Balcanes, allá por mil novecientos noventa y uno, cuando el que escribe no contaba más de once años y en el telediario salía un hombre flaco, con chaleco verde y gafas enormes contando con palabras e imagines las barbaridades de las que es capaz el Ser Humano. Senozece, Godovic, Planina, Ljubljana, Vransko, Vojnik...  saben a humo y sangre en mi paladar al tiempo que las pronuncio. El pintor de batallas conocía perfectamente lo que pintaba -pensé- el muy hijo de puta. Como el orondo de Hemingway -aquél de El viejo y el mar o el más relacionado con nuestra infrahistoria Por quién doblan las campanas- aquél que mientras nuestros antepasados -los de uno y otro bando- se mataban en civil guerra, se fumaba nuestro tabaco, se bebía nuestro vino y se acostaba con nuestras mujeres.  
    Las guerras deben saber mejor cuando no son nuestras, cuando se sabe que hay un billete de avión en el bolsillo o un carnet internacional de prensa que te salva de la masacre.

    Pero la Eslovenia que nos recibió no tenía nada que ver, para nuestra fortuna, con aquella de 1991. El recuerdo que de ella me dejó aquel viaje es el de un campo y unas montañas más que verdes, un aire limpio y fresco y una enorme cafetería-restaurante con apetecibles cestas repletas de frutas y olorosos bollos recién horneados. Nos recuerdo rendidos -horizontales sobre la hierba verde y fresca- a un descanso merecido, mientras  en lo alto el cielo era de un azul cobalto impoluto y a mi diestra ella sonreía mirando al infinito, mientras en la niña de sus ojos se reflejaba el azul celeste rodeado por el aguamarina de sus iris.
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viernes, 20 de agosto de 2010

Madrid-Petrosani-Madrid

   
    Capítulo V:

    El suelo del autobús quemaba -literalmente hablando- y el aire acondicionado perdía su condición a tan sólo cinco centímetros del orificio de salida, por lo que klara y un servidor, cuando creíamos que no podíamos aguantar más, debíamos, de rodillas sobre los correspondientes asientos, acercar nuestras caras a las salidas de aire, como peces fuera del agua. Íbamos sentados justo encima de un motor que debía haber realizado alrededor de mil kilómetros con apenas tres pausas de treinta minutos cada una de ellas. Si el infierno existe, debe ser parecido a lo que nos tocó sufrir aquella maldita noche, el de Dante y su Divina Comedia se me antojaban en aquellos momentos un paseo por la campiña inglesa.

    - No puedo más. Lo siento. No debíamos haber venido en autobús. Esto es una mierda- La voz de Klara sonaba cansada, como traída por una brisa suave desde la lejanía, apenas un susurro.
    - No te preocupes. Trata de dormir un poco- mucho me temo que mi voz tampoco debió sonar muy convincente, pues no logré ni tan siquiera por un instante que cambiase la expresión de su rostro.

    Recuerdo que rociabamos nuestros cuellos, nuca y brazos con agua fresca de colonia, lo cual nos ofrecía una sensación de frescor un tanto efímera, pues su efecto duraba los apenas segundos que tardaba el alcohol que ésta contenia en evaporarse, extrayendo para ello calor del ambiente y de nuestros sudorosos cuerpos.   Intercambiabamos nuestros asientos y posturas cada cierto tiempo, intentando engañar al cuerpo y al cansancio. Ora Klara estiraba sus hinchadas piernas sobre mí, ora yo estiraba las mias sobre ella, apoyando los pies sobre el -a esas hora de la noche- fresco cristal del autobus.
   Así pasamos la primera noche de aquel viaje, ya en tierras galas, intentando conciliar un sueño que debíó atraparnos no antes de las tres de la madrugada, ayudado por un agotamiento tanto físico como emocional.

   Recuerdo que a las seis de la mañana ya estaba despierto, justo a tiempo para ver otra de las pequeñas maravillas que hicieron más llevadero aquel viaje.
    Aún la oscuridad reinaba afuera, pero ya en el horizonte, frente a nosotros y escorado a la derecha, comenzaba a intuirse lo que minutos más tarde sería un precioso amanecer. El cielo comenzó primero a adquirir tonos violaceos para posteriormente convertirse en alargadas nubes anaranjadas que parecían tocar el suelo. No se veía aún con claridad, pero desde la ventana del autobús parecía que éste de algún modo flotase, pues el sol, que asomaba tímido su aureola en el horizonte, parecía por igual teñir de tonos bermellones cielo y tierra. De pronto caí en la cuenta. A nuestra derecha se extendía, magnánimo, el Mare Nostrum, incendiado de reflejos rojizos y anaranjados, al tiempo que un sol de cinabrio emergía de las tranquilas aguas del Mediterraneo, poniendo punto y final a aquella dantesca noche.

    Embelesado como estaba ante el espectáculo natural que acababa de producirse ante mis ojos, no caí en la cuenta de despertar a Klara para que pudiese ser partícipe del momento, así que una vez pasado éste, no creí justo despertarla sólo para contárselo y la dejé que apurase el reparador sueño del que era presa.

    Busqué durante minutos un cartel en la autopista por la que transitabamos para saber en que maravilloso rincón del mundo nos encontrabamos. A nuestra izquierda, pedregosas y verdes, se encontraban las estribaciones de los alpes marítimos, mientras que a nuestra derecha, bajo nuestros pies, o sería más preciso decir bajo nuestras ruedas, se extendía la inmensidad -ahora ya completamente azul- del mar.
   Depués de unos minutos de desesperada búsqueda apareció el anhelado cartel: Cagnes-sur-Mer,decía en letras blancas sobre fondo azul como aquella costa.
    Eché mano al mapa de carreteras y busqué su localización sobre el papel. Cuando dí con ella, redee su nombre con un bolígrafo rojo. Estábamos en la costa azul francesa, a medio camino entre Niza y Cannes. Durante la incómoda noche, entre sudores, maldiciones y sueños parecidos a pesadillas, habíamos dejado atrás ciudades como Perpignan -la que fuera la ciudad del cine erótico español en los tiempos en que la censura franquista desterró la carne de las pantallas patrias- , Narbonne, Béziers, Montpellier, Nîmes, Arlés -lugar en el que allá por mil ochocientos ochenta y pico Vincent van  Gogh pintara entre otros "Café de noche" o "Noche estrellada sobre el Ródano"-, Aix-en-Provence y Brignoles entre otras muchas no por menores menos reseñables.

    Me revolví ligeramente en el asiento intentando buscar una postura más llevadera y Klara, desorientada, abrió ligeramente los ojos para preguntar:
- ¿Dónde estamos?
-Te acabas de perder un amanecer impresionante -la comuniqué algo exaltado aún- lo siento pero no quise despertarte, como estabas tan dormida.- dije buscandome una excusa, totalmente válida por otra parte.
-aaah.-dijo sin ningun tipo de interes en la voz- ¿Dónde estamos?- volvió a preguntar como si lo del amanecer no hubiese ido con ella.
- Estamos llegando a Niza, o al menos eso creo. Y mira -dije al tiempo que me hacía a un lado, dejandole al descubierto toda la ventana, para que admirase la inmensidad azul del mar.
- ¡Uaaaauuuu!! ¡Qué bonito!- exclamó, y al unísono, de su cara desaparecieron los rasgos que el cansancio había venido cincelado en ella desde que salieramos de Madrid.- Eres un capullo, tenías que haberme despertado, yo quería verlo.
- ¿El qué?
- Pues el amanecer, qué va a ser.

  Mujeres...
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